Una de las personas que más se identifican con Tequesquitengo, sin lugar a dudas es Don Eduardo López Román, a quien todos de cariño conocemos como “Molacho”.
Acapulqueño por nacimiento y morelense por adopción, Molacho inició como ayudante lavando lanchas en 1954 con sólo 15 años; su tesón y trabajo pronto lo llevaron a ser lanchero, iniciando sus entrenamientos para convertirse en esquiador; su dedicación rindió frutos muy rápido, pues fue campeón regional en Acapulco y en 1957 en Tequesquitengo, se convirtió en campeón nacional en el V campeonato nacional de novatos. De ahí en adelante sólo triunfos conoció Molacho, representó a México en los campeonatos mundiales de esquí acuático en Vichy Francia y Milán Italia en 1963. En 1964 se coronó campeón internacional en Acapulco y en 1967 otra vez campeón internacional en Serbrooke Canadá. Filmó películas con las estrellas de la época como Capulina y Mauricio Garcés, entre ellas: Buenos días Acapulco y El criado mal criado, filmada en Teques y entrenó con grandes deportistas como Damián Piza y Joaquín Capilla en trampolín de 3 metros.
Cambió su residencia a Tequesquitengo y se convirtió en incansable promotor del lago, a él le debemos los festejos del Día de la Marina el 1 de junio, junto con el Dr. Flores del Club Náutico y el capitán Beto Medina. Además de apoyar a la fiesta de La Ascensión del Señor que se realiza 40 días después de Semana Santa. Para cubrir sus gastos, se convirtió en instructor de esquí, su talento fue heredado a varios discípulos que han llegado también a campeones nacionales como: Víctor Menéndez, Paty Rebora, Aurora Baquedano, Carlos García, Jorge Font, etc. Tres generaciones de esquiadores son testimonio de su gran talento. Pero su mayor logro como instructor sin duda lo constituyen sus dos hijas, Yiya (Lidia López Torres), que en 1964 aprendió a esquiar a la edad de 2 años y seis meses en Acapulco y Claudia López Salazar, la bebé esquiadora que a los 8 meses de edad, aprendió a esquiar antes de caminar. Hazaña reconocida por la Federación Mexicana de Esquí Acuático en 1991.
La tradición de Molacho continuó con la llegada de su mamá Doña Juventina Román Delgado a Teques, con quien fundó el “Molacho´s Club”. Aquí se podía comer el mejor ceviche y las famosísimas pescadillas, además del pescado sarandeado. Desafortunadamente doña Juve nos dejó en 1989, terminándose esta etapa de la vida de Molacho como restaurantero.
Muchas son las anécdotas que se pueden contar de Molacho, como que durante años recibió el año nuevo dándole una vuelta al lago esquiando justo a las 12 de la noche y que en 1992 fue premiado con la presea “Xochicalco” del Diario de Morelos, como el deportista del año.
Hoy las inquietudes y objetivos de Molacho son otros, después de haber probado las mieles de la fama, ahora su energía se canaliza a enseñar a los niños a esquiar, todos los fines de semana ahí junto al restaurante Los Patos se encuentra el Molacho móvil, un catamarán con una hamaca donde seguramente encontrarán a Eduardo López esperándolos para poder seguir distribuyendo el don que Dios le otorgó: Enseñar a esquiar.Como dice Molacho “hoy mi mayor satisfacción es ver a los chavos que ahora instruyo, alejados de los vicios y las drogas; haber forjado lancheros, instructores, esquiadores y empresarios y poner a Teques en el mapa del esquí a nivel mundial, porque yo vivo para el lago, no del lago.”
Si quieres que tus hijos tomen clases con Molacho, marca al 55 2957 1757.