Fue fundado en el siglo XVII por frailes franciscanos dieguinos quienes inician el cambio de la tipología conventual del siglo anterior. Su santo patrono fue originalmente San José y su terminación se estima alrededor de 1657.
A pesar de que su orientación es a la inversa respecto a todos los anteriores (en este caso la fachada principal del templo ve al oriente), el resto de sus elementos son muy semejantes, aunque por el desarrollo urbano y los diferentes usos a que se le ha sometido no se alcance a distinguir hoy día con toda claridad.
El atrio fue convertido en una plaza (hoy llamada Alameda) y seccionado por calles; el claustro fungió como hotel y todo el edificio hizo las veces de fortaleza durante la gesta de independencia, de ahí que también se le nombre “Fuerte de Galeana”. La huerta se convirtió en patio de la estación, cuando llegó el ferrocarril, adaptando el andén hacia el norte del convento y utilizando la capilla y demás dependencias para estos fines ferroviarios, lo cual dio origen a que también se le conozca como “antigua estación de FF.CC. Interoceánico”.
En tiempos de la Revolución fue también escenario de grandes etapas bélicas, pues el camino de fierro fue columna vertebral de esa gesta de principios del siglo xx. En la actualidad se utiliza como centro cultural con un museo, auditorio y galería para exposiciones temporales en la planta alta, casa de cultura, salón de usos múltiples y bodegas y oficinas de turismo en la planta baja. El templo se abre en ocasiones para celebrar servicios religiosos y la biblioteca que se construyó en la parte trasera (esq. sur-oeste) funciona perfectamente.
Un grupo de entusiastas ciudadanos lucha tenazmente para volver a hacer funcionar la máquina de vapor y poder realizar recorridos turísticos, como los que se llevaban a cabo hasta Yecapixtla en 1988.