Monasterio edificado por los franciscanos entre 1530 y 1550, y cedido después, mediando varios litigios, a los dominicos definitivamente en 1586.
Es curioso ver que su planta es la típica de estos conjuntos pero girada totalmente sobre el eje oriente-poniente, quedando el claustro al norte y la iglesia al sur, de tal modo que la puerta porciúncula, que normalmente ve al norte, aquí ve al sur. Es esta portada muy semejante a la lateral de Cuernavaca, mientras que la principal es muy sobria, con detalles renacentistas.
Como curiosidad vemos que las capillas posas se encuentran rodeando el atrio cuyo eje es la fachada lateral, hacia el sur y no, como en los otros conjuntos, hacia el poniente del templo.
El convento tiene su entrada a través de la portería que nos conduce a los corredores de la planta baja y sus dependencias, quedando en la superior las celdas de los frailes. Hacia el norte debió haber estado la huerta.
La pintura mural no podía estar ausente en este convento y en algunas partes había restos de códices, como el Mauricio de la Arena, que fue encontrado en uno de los muros.