Este fue el primer convento que fundaron los agustinos al salir de México, en 1534, concluyéndose en su etapa primitiva en 1541, y fue donde se celebró el primer capítulo de la orden. El pueblo fue encomienda de fray Juan de Zumárraga hasta 1544. Del gran templo que poseía no se conserva prácticamente nada, pues intervenciones posteriores alteraron su fisonomía.
Tiene un amplio atrio, y lo que probablemente fue pórtico ha sido transformado en una capilla anexa.
El convento de dos plantas contiene, además de todos los espacios característicos de estas edificaciones, una hermosa fuente con leones y peces labrados en piedra. Cabe mencionar que una réplica de esta fuente está colocada en Cuernavaca, al pie del humilladero del Calvario.
Curiosa es la solución de los techos de las celdas en la parte superior, pues siete bóvedas de cañón embonan perpendicularmente con otra, más alargada, que cubre el corredor.