Tlaquiltenango es el municipio más grande en extensión territorial de Morelos. En el centro de la población, se encuentra el convento de Santo Domingo, edificado en el siglo XVI.
El convento, al norte del templo, presenta una puerta porciúncula muy similar a la de la Catedral de Cuernavaca, pero orientada al sur. Las capillas posas están rodeando el atrio, frente a la fachada lateral.
El convento contiene pintura mural y en algunas partes se descubrieron restos de códices.
A unos pasos del convento, se encuentra un pequeño museo dedicado a la memoria de Rubén Jaramillo, líder agrarista que siguió la lucha después de la revolución.
En esta zona se encuentran varias haciendas, como la de San Juan Reyna y la exhacienda de Ixtoluca convertida hoy en balneario rústico con habitaciones para pernoctar; es muy atractivo visitar las ruinas de lo que fuera una hacienda de beneficio de metal, junto al río Chinameca; en ellas se encuentran árboles de amate amarillo que crecieron sobre los arcos y paredes y extendieron sus raíces hasta cinco metros, en algunos casos, para llegar al suelo.
La zona arqueológica de Chimalacatlán se encuentra a una hora del centro de Tlaquiltenango; hay que acceder por un camino de terracería hasta el pueblo del mismo nombre y ahí, contactar con las personas de la localidad que proporcionan guía y caballos para subir a la zona arqueológica, situada en la cima del cerro de El Venado. Se recomienda también visitar el pequeño museo de sitio en el centro de la población, fundado gracias a la entusiasta participación del licenciado Moisés Cruz Arredondo, entre otras personas. En él se encuentran fósiles de mega fauna, encontrados en las cercanías.
Los balnearios que han dado fama a la región de la sierra de Huautla, como Las Tortugas y los balnearios rústicos de aguas termales Las Huertas y Los Manantiales, ofrecen un día de solaz esparcimiento y espléndidas vistas del Río Amacuzac, que corre paralelo a ellos.
