Francisco Larios Iwasaki, nació el 2 de febrero de 1958 en Zacatepec, hijo de don Pablo Larios Guzmán y de Doña Maria del Carmen Iwasaki Jarta.
Desde muy pequeño le gustaba jugar futbol, en cascaritas a un lado del estadio, aunque no se imaginaba que algún día él sería parte del histórico equipo de Zacatepec.
Formó parte de los equipos de fuerzas inferiores que manejaba “La Cira” Dávila y Raúl “Piteco” Sánchez, durante dos años, en 1974 y 75, con ellos participó en el equipo Zacamel que jugaba el famoso torneo de barrios, hasta que por su calidad fue sibido a las reservas del Zacatepec y entrenó con el primer equipo. En una ocasión, durante un Torneo Nacional en Sonora, Francisco soñó que metería un gol en la final, dos dias después su sueño se convirtió en realidad al marcar el gol de título para su equipo.
Pero la vida no era fácil para los hermanos Larios (Francisco es hermano de Pablo Larios, portero del Zacatepec), desde muy jóvenes se tenían que parar a las 5 de la mañana a cargar materiales de construcción, pues su padre tenía una casa de materiales. Después de cargar los camiones, regresaban a descargar o se iban a entrenar y terminando el entrenamiento, otra vez al trabajo rudo. También tuvieron plantaciones de arroz y ahí trabajaban sembrando, cultivando y cosechando la semilla.
Debutó en Segunda División en el año de 1977, contra el Atlante en la Ciudad de México.
En Primera División debutó como uno de los “nuevos valores” en el torneo de Copa.
En 1978, fue parte del grupo que viajó a China al Torneo de la Amistad, donde estuvieron cerca de un mes.
Un desafortunado accidente estuvo a punto de terminar con su carrera, cuando venía de Jojutla con su compañero Miguel Ramírez, un auto los sacó del camino, volcaron y Francisco estuvo seis meses rehabilitándose pues hubo que operarlo de la columna vertebral.
Su regreso a las canchas se produjo en un encuentro frente al Cruz Azul, cuando se lastima “Bondojo” Fernández y Larios ingresa de cambio. Ese partido lo perdió el Zacatepec, pero dejó en Larios la espinita de que debía desquitarse del Cruz Azul. La revancha se produjo tiempo después cuando en una visita del Cruz Azul a Zacatepec, estando empatados, a solo un minuto de terminar el partido, Francisco Larios toma una pelota, se saca la marca de Montoya a las afueras del área grande y tira un fenomenal disparo que se incrusta en el ángulo de la portería de Miguel Marín, en ese tiempo uno de los mejores porteros que jugaban en el futbol mexicano.
Jugó 10 años como profesional, siempre en el cuadro cañero. Enfrentó como defensa a algunos de los mejores delanteros que han jugado en México, como “el chaplin” Ceballos, Rodolfo Montoya, Hugo Sánchez, etc. Al retirarse como jugador, Francisco fue auxiliar del Profe Rubén Maturano en el Zacatepec y dirigió en la Tercera División al equipo llegando a lograr una racha de 37 juegos sin perder.
Fue campeón de la Primer Copa Morelos como entrenador, dirigiendo un representativo de Zacatepec.
Más tarde dirigió a un equipo de Segunda División en Puebla y en Tampico.
Francisco se casó con la hija del “Chino” Flores, uno de los pioneros del equipo Zacatepec, es padre de tres hijos, Francisco Irving, Pablo de Jesús y Yukiko. Su primogénito también fue jugador de futbol en el Real de la Plata, Altamira en Primera A y en el Zacatepec en Segunda y Tercera División. Francisco Irving fue preseleccionado nacional y viajó a Japón en una gira de 15 días.
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