Después de ganar el campeonato de Segunda División, en 1978, por gestiones de Arturo “El Tigre” Betancour, se invitó al equipo de Zacatepec, a participar en el Torneo de la Amistad en la República Popular de China.
Ya antes habían participado en el mismo torneo, el Cruz Azul y la UNAM.
La gira fue de un mes, iniciando en el norte de China, jugaron 6 partidos, de los cuales ganaron uno, empataron 4 y perdieron uno.
Shenyang 2 a 1 ante 15 mil personas
Talien 0 a 0 ante 25 mil personas
Pekin 0 a 1 ante 80 mil personas
Pekin 0 a 0 ante 80 mil personas
Wuhan 1 a 1 ante 30 mil personas
Kuanchow 1 a 1 ante 30 mil personas
El grupo que viajó a China estuvo encabezado por Arturo “El Tigre” Betancourt y el Lic. Escalante además de el entrenador Gustavo “El Guero” Cabañas, y los jugadores: Jorge Blanco, Rodolfo Sotelo, Alfredo Morales, Antonio Tafolla, Francisco Larios, Miguel Ramírez, Ignacio Rodríguez, Ricado Castro, Manuel Aguirre, el “diablo” Márquez, Mario Hernández, José Luis Hurtado, David Gutiérrez, Maclovio Murguía, Franciso “Bondojo” Fernández y Jorge Romero.
El viaje resultó toda una odisea, pues en aquellos tiempos China era un País que prácticamente no estaba abierto a Occidente, por lo que resultó sumamente extraño a la población china la llegada de jugadores de diferente color de piel y algunos barbados.
Nos relata Francisco Larios… “Los chinos se nos quedaban viendo y algunos se atrevían a tocarnos los brazos y la cara, no lo podían creer”.
Las autoridades chinas intentaban evitar que los jugadores tuvieran algún contacto con la población general, como nos lo comenta Mario Hernández en estas dos anécdotas: “El primer día que llegamos, hicimos lo que siempre hacíamos al llegar a donde viajábamos, nos instalamos en el hotel y decidimos salir a recorrer las calles aledañas al hotel para conocer un poco.
Las personas que nos encontramos en la calle, nos veían de forma muy extraña, todos vestidos como con uniforme, nos tocaban… hasta que salió una de las autoridades chinas y de inmediato nos regresó al hotel diciéndonos que no podíamos salir así como así.
En otra ocasión, cuando fuimos a comprar souvenirs a una plaza comercial, había todo un piso asignado para la gente que no era de China, cuando entramos nosotros a recorrerlo, casi no tuvimos contacto con la gente”.
Aún así, recorrieron de norte a sur casi todo el País, con muchos inconvenientes, como los incontables retenes militares por todo el camino.
El día del partido en el Estadio Nacional, nos refiere Rodolfo “Triquis” Sotelo, al llegar casi no habia gente en el estadio, por lo que pensamos que no habría mucho público. Entramos a los vestidores y cuando salimos al campo a entonar el himno nacional, nos sorprendimos al ver un estadio repleto con más de 80 mil personas.
Los Chinos son muy respetuosos, aun con tanta gente en el estadio, todos permanecían callados, solo cuando había alguna buena jugada o algún gesto de caballerosidad, nos aplaudían, como cuando Alfredo “Harapos” Morales, después de que el balón salió por la banda, lo tomó y se lo dio a un jugador Chino, gesto por el cual se llevó una gran ovación.
El “Tigre” Betancourt nos platica una anécdota de ese mismo partido, después de una gran jugada del equipo cañero, se oyó un grito femenino en la tribuna “Arriba el Zacatepec”… quedé impresionado nos dice el “Tigre”, era una dama que se encontraba a unas cuantas tribunas de donde yo estaba con las autoridades deportivas de China, ella era integrante de la Selección Nacional Mexicana de Voleibol que también competía en China en un torneo, por lo que tuve que informarme quién era, fue Carolina “China” Mendoza, oriunda de Zacatepec, una de las mejores voleibolistas que México ha tenido, olímpica en el 68’, y claro, al ver a Tafolla que hacía una jugada de muchos quilates pues gritó”.
“Con todo y esto aún no terminaba mi sorpresa, ya que al finalizar el partido el director de Deporte de China me preguntó por la Liga Cañera, “¿cómo funciona?”, planteándome si podría regresar a China a organizar algo parecido, con su funcionamiento, con esto podemos ver de lo que se trataba, la fama que tenía y hasta dónde había llegado la Liga Cañera, fundada en Zacatepec y por gente del lugar”, relató el “Tigre”.
Otro de los grandes asombros fue que casi no había autos, pero al salir del estadio, vieron miles y miles de bicicletas del público que había asistido al espectáculo.
Al final conocieron también Japón en cambio de vuelos y Honk Kong ciudad que los sorprendió gratamente, con sus grandes edificios y el comercio local.
“Ahí compramos zapatos de futbol de buenas marcas, así como algunos aparatos electrónicos”, nos platica Rodolfo Sotelo.
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