Jaime Ríos, el popular Turbo, goleador nato, nació en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, el 15 de abril de 1966.
Hijo de Federico Ríos Castañeda y Josefina Morán Abundez, de Huautla Morelos, quienes tuvieron 9 hijos, 6 hombres y tres mujeres, Jaime fue el séptimo.
Ríos estudió en la primaria Niños Héroes de Chapultepec, desde entonces jugaba todo el tiempo con una pelota, con sus amigos organizaba cascaritas fuera del empedrado de la escuela y en su barrio, la popular colonia Satélite. En esa misma colonia estudió en la secundaria Benito Juárez.

Jaime Rios
Jaime Rios


Su primer equipo de forma organizada fue el Sutlats, donde empezó a desarrollar lo que más adelante serían su portentosas habilidades para el remate y la comunión con el gol.
“Jugábamos en los campos Independiente, Suriano y Flores Magón, también jugué con el equipo Viveros de Benito, ahí en mi colonia la Satélite y en Atlacomulco.”
“A finales de los años setenta y principios de los ochentas, me iba a ver los partidos del Zacatepec en el Coruco Díaz. Gilberto Figueroa Ríos, delantero cañero es mi primo, entonces con mi hermano mayor, Mario, íbamos a apoyarlo en las tribunas” nos dice Jaime.
Su hermano Mario que laboraba en la fábrica de textiles Rivetex, también tenía muy buen futbol, fue a probarse con las reservas del Oaxtepec, que en ese entonces jugaba en Segunda División. Mario era zurdo y se desempeñaba en la media cancha.
Pero Jaime decidió probarse con el Zacatepec, ahí lo recibieron en las fuerzas básicas, teniendo como entrenadores a Mario Marquina, La Cira Dávila, Nelson Festa y Raúl, el Piteco Sánchez.
Jaime fue seleccionado para participar en el equipo Azucareros, que participaría en el Torneo de los Barrios en la ciudad de México, semillero de muchos grandes jugadores de la liga mexicana, con solo 16 años, llegaron a los 16 avos de final.
Después de su participación del Torneo de Barrios, Ríos fue ascendido a las reservas profesionales del Zacatepec, siendo el entrenador del primer equipo, el Bigotón Vela.
Es en esa temporada que Jaime debuta en segunda división ante los Chapulineros de Oaxaca, entrando de cambio por Eligio Urieta. Ese año el Zacatepec es campeón ante el Jalisco y asciende a Primera División, de premio les dieron un costal de azúcar. Y a Jaime además un contrato para jugar con el equipo en Primera División.
Es en esa temporada, la 84-85 que Jaime juega por vez primera en la División Mayor, junto a Rolando Borja, que también venía en la misma camada, jugando tres o cuatro partidos.
En el partido decisivo en el Coruco Díaz ante el Necaxa por la permanencia en la Primera División, el centro delantero de los cañeros, Eligio Urieta que había anotado el gol del Zacatepec en el primer encuentro, durante los entrenamientos salió lesionado del tobillo, por ello fue sustituido por Jaime Ríos que tuvo la oportunidad de salir en el 11 titular de ese histórico partido.

El partido del descenso

Al inicio del partido, Adrián Chávez, portero necaxista, comete un penal.
“Fue un encuentro muy difícil, los necaxistas se crecieron cuando Adrián Chávez desvió el penal y nosotros perdimos la concentración, en el segundo tiempo nos hicieron un gol y fue que todos estábamos muy calientes, así llegó la falta de Soroa a Francisco Macedo del Necaxa, quien se paró y se le fue a Soroa, yo estaba a unos dos metros de la jugada y no me quedó de otra que meterme a los golpes. Terminamos refugiados en el vestidor mientras la afición enfurecida destrozaba el estadio, Estábamos dentro de los casilleros, cuando oí claramente unos balazos, nos protegimos como pudimos y esperamos varias horas, hasta que pudimos salir, ya eran como las siete u ocho de la noche”
En la siguiente campaña todo cambió en Zacatepec, muchos jugadores se retiraron, llegó otra directiva y con ello la oportunidad a muchos jóvenes reservistas de jugar en el primer equipo, pero en la Segunda División.
Es entonces que se dispara la capacidad goleadora de Jaime, al anotar 18 goles en el torneo Prode, un torneo corto por la realización del Mundial de México 1986.
En el campeonato 86-87, Ríos anotó 38 goles, convirtiéndose en campeón de goleo de la Segunda División por vez primera, con asistencias principalmente de Poli Cortés, Jorge Agustín Rosal y Julio Colín, sus compañeros en el ataque.
“El apodo de Turbo, me lo puso el profesor Maturano, en su primera etapa como entrenador del Zacatepec, el profe me decía, que tenía “turbo” por la velocidad que alcanzaba en los ataques a la portería contraria, siempre fui muy veloz, pero sobre todo intentaba estar donde yo pensaba que saldría la pelota, tenía ubicación, pues, además de que remataba con ambas piernas, tenía resorte y cabeceaba bien”
Para la temporada 87-88, nuevamente se lleva el campeonato de goles, esta vez con 32 anotaciones.


Sus grandes actuaciones, hacen que el Cruz Azul, manejado por Manolo Lapuente lo contrate para su segunda incursión en la Primera División, ahí se encuentra con su gran amigo Pablo Larios, estrella de los Cementeros que vivía en Zacatepec, por lo que siempre se iban juntos a los entrenamientos.
“Pablo pasaba por mí al Seguro Social de Cuernavaca, que está pegado a la autopista, ahí el se cambiaba al asiento del copiloto y yo manejaba hasta la Ciudad de México, al Seminario Menor de Acoxpa, lo mismo de regreso, Yo manejaba hasta Cuernavaca y ahí me despedía de Pablo que seguía su viaje hasta Zacatepec”.
Jaime tuvo participación en el cuadro titular hasta la fecha ocho, en que es sustituido Lapuente y llega Mario Velarde, de extracción puma, que deja a Ríos fuera del cuadro titular.

Debuta en Primera División con Cruz Azul

Al terminar la temporada, por falta de oportunidades de juego, Jaime decide regresar al Zacatepec, donde vuelve a ser campeón de goleo en esa temporada, la 89-90, con 26 anotaciones.
“Pude haber hecho más, pero me fracturaron el quinto metatarsiano del pie derecho y eso me dejó fuera de la competencia durante tres meses, aun así, en el último partido le anoté tres goles al Galicia en el Centenario, con lo que empaté a Raúl Torales en el liderato de goleo esa temporada” Nos afirma Jaime mientras nos señala con el índice la zona de hueso fracturado por Odilón Jiménez del Inter de Tijuana. “Una entrada de mala leche” nos dice Jaime.
Jaime Ríos siguió cosechando goles que permitieron al Zacatepec disputar la final de ascenso ante el Pachuca en 1992. El partido de la gran final que perdieron los cañeros en penales.
“Recuerdo con claridad ese día, en la tanda de penales, Yo tiré el primero y lo metí del lado derecho del portero Rolando Soto que se tira al otro lado. Por lo que me relajé esperando el resultado final, me desamarré los zapatos, y me aflojé las calcetas… El segundo tiro de penal, lo falla el Pachuca, nuestro siguiente tirador era Arturo Bustamante quien lo tira al travesaño, de haber metido ese gol, nos hubiéramos coronado en los primeros cinco penales. Pero al fallar, se tiraron cinco penales más, hasta que me dicen: Jaime, vas de nuevo. Yo me acomodo los zapatos rápidamente y desafortunadamente no pude meter mi segundo penal. El resto es historia”.
Dos temporadas después, Rubén Maturano llegó como entrenador al Querétaro y con ello, nuevamente la oportunidad de jugar en Primera División para El Turbo Ríos.
En esta incursión es que Jaime anota su único gol en Primera División el sábado 25 de septiembre de 1993, a Adolfo Ríos, en la Corregidora de Querétaro ante el Veracruz, al minuto 71 con el cual empatan a dos goles.
En la temporada 94-95 Ríos nuevamente juega en Zacatepec. Con el cambio de directiva, ahora con Juan Antonio Hernández, dueño también del Toros Neza de Primera División, a Jaime se le presenta nuevamente la oportunidad de regresar al máximo circuito, esta vez al lado de jugadores como Antonio Mohamed, Germán Arangio, El Pony Ruiz, Miguel Herrera, Abraham Nava, López Meneses, Memo Vázquez , Fleitas, Saavedra y nuevamente el guardameta Pablo Larios, bajo el mando de Manuel Manzo.
La fructífera carrera en el futbol profesional de Jaime Ríos Morán, terminó en noviembre de 1999, cuando decide retirarse luego de anotar más de 200 goles con la playera del Zacatepec, siendo el jugador que más anotaciones ha efectuado para el equipo cañero.
Después de retirarse, fungió algún tiempo como Gerente Deportivo del Zacatepec, para después dedicarse un tiempo a entrenar equipos en escuelas de fútbol, en Mexicali y Arcelia, Guerrero.
Fue también delegado municipal de CIVAC y parte del cuerpo técnico del equipo Morelos, de la Liga del Balompié Mexicano, en el 2020.
Jaime está casado con Patricia Bahena y tiene tres hijos: Shirley, Jennifer y Jaime Jafet.

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